El amor es fundamental
Nuestro tiempo es un tiempo limitado. Tiempo que no se puede desperdiciar. El tiempo corre, y nosotros corremos tras él. ¿Cuánto tiempo hemos perdido?
¿A cuántas ilusiones nos aferramos?
Estamos limitados por el tiempo y el espacio. Dominado por supuestos “poderosos”. ¿Qué nos queda entonces? ¿Nos quedaríamos con la búsqueda de una supuesta elevación interior?
Quién sabe, entendiendo el "todo", meditando desde la experiencia de este diminuto fragmento de conciencia. ¿Sería posible para nosotros, como individuos, estar por encima del bien y del mal? ¿Quién no quiere creer que esto es posible para nosotros los seres humanos?
¿Sería suficiente desearlo para emprender tal aventura en esta búsqueda interior? ¿Podemos caminar este camino solo con la comprensión de la experiencia de amor que tenemos en la “mano”?
¿Es un camino construido con un sentimiento de amor que se apega a las cosas buenas y malas un buen pedagogo para guiarnos?
¿Es nuestra experiencia con el amor un buen pedagogo en el que podemos confiar para que nos guíe?
Hay, en cada uno de nosotros, preguntas sin respuesta, incluso superiores a las anteriores, que nos provocan un inmenso deseo de ser mejores personas. Nuestro mayor problema es nuestra poca aplicación en la dirección de nuestra fuerza de voluntad. ¿Hay alguna fuerza y perseverancia en nosotros? Incluso tenemos mucha buena voluntad, pero nos falta mucha determinación y perseverancia. Recorrer un camino lleno de preguntas sin respuesta y escuchar un sentimiento que llamamos amor no parece fiable. Entonces, ¿en qué podemos confiar?
Amar. ¿Qué es esto, de hecho, en nuestra vida?
¿Sería un agarre firme en las manos de nuestro consciente e inconsciente? ¿Nos sentimos llenos por dentro con los pies descalzos en un camino de tierra batido por los valores de la humanidad?
Hay tantas cosas a las que debemos dejar de prestar atención y que nos han desviado del camino del amor. Son tantas las preguntas sin respuesta que hemos evitado para no tener inconvenientes; sin advertir que, al evitar tales preguntas, los inconvenientes se manifiestan aún con más fuerza.
Quién sabe, tal vez algún día, antes de nuestra muerte, tengamos la sabiduría de tener, como objetivo principal de nuestra vida, el foco en lo que la palabra amor se ha reflejado en nosotros y en nuestras actitudes. Y que la palabra amor adquiera un significado nuevo y edificante en esta búsqueda que comenzamos el día de nuestro nacimiento.
Carlos de Campos nasceu em Biritiba Mirim, São Paulo, em 1980. Apaixonado por Poetrix. Em 2017, começou a escrever seus versos nas redes sociais, expressando-se de maneira profunda, em reflexões e observações sobre a condição humana, entre outras; analisando sua organização, atuação e intempéries emocionais, de forma leve, porém, concisa e incisiva. Não se deixando condicionar por padrões, investigando, atentamente, os recônditos mais conflitantes da existência e expressando-os, poeticamente, através do seu minucioso olhar.
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